Puntos para meditar en Mateo 26; Marcos 14; Juan 13

Para acompañar tu estudio Ven, sígueme del 29 de mayo al 4 de junio

Además de leer los capítulos sugeridos, puedes disfrutar de lo siguiente:

Leer Lucas 22:1-23, que cubre los mismos eventos que Mateo 26, Marcos 14 y Juan 13.

Volver a leer Lucas 7:36-50 y Juan 12:1-11 con respecto a los detalles de la cena en la casa de Simón el leproso, quien pudo haber sido el padre de Judas Iscariote (Juan 12:4).

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Ven Sígueme 2023 SUD (Mayo 29-Junio 4) La última cena en Ven Sígueme 2023 SUD (Mayo 22-28) LSL 423 La última cena – YouTube

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Puntos para meditar en Mateo 26; Marcos 14; Juan 13

1. Ya hemos visto antes algunas de las historias en la lectura de esta semana. ¿Qué notaste en la lectura de esta semana sobre eventos familiares que era nuevo o parecía valer la pena repetir?

2. De vez en cuando, alguien sugiere que Judas no estaba realmente tratando de traicionar a Jesús, sino que simplemente estaba tratando de provocar una confrontación entre Jesús y las autoridades que obligaría a Jesús a dar un paso adelante y demostrar su Mesianismo al librar a la tierra de sus opresores romanos. ¿Qué razones tenemos para creer que esta teoría está equivocada?

3. Cuando Jesús instruyó a sus discípulos para que prepararan la cena de pascua, les dijo que siguieran a “un hombre que lleva un cántaro de agua”. ¿Cómo iban a saber los discípulos a qué hombre seguir de todos los que podrían haber estado cargando tal cántaro?

4. ¿Qué mini-sermón podrías dar de Mateo 26:22?

5. ¿Qué has encontrado personalmente útil para hacer que la ordenanza sacramental semanal sea significativa y nueva cada vez?

6. ¿Cuál consideras que es la contribución más significativa de la Traducción de José Smith a la historia del primer servicio sacramental?

7. ¿Qué añadió el canto de un himno a la Última Cena? ¿Por qué cantamos un himno hoy justo antes de participar de la Santa Cena? (Mateo 26:30)

8. ¿En qué parte de las Escrituras modernas podemos leer más acerca de la gran “reunión sacramental” de los últimos días a la que se alude en Lucas 22:16, Mateo 26:29 y Marcos 14:25?

9. ¿Qué conexión hay entre Lucas 22:24-30 y Juan 13:4-17, que no es inmediatamente evidente a menos que uno lea los dos pasajes secuencialmente?

10. ¿Cuál fue el propósito de que Jesús lavara los pies de cada uno de los discípulos? ¿No hubiera sido más eficiente y hubiera enseñado más sobre la responsabilidad personal dejar que cada uno se lavara los pies?

11. ¿Cuál diría un extraño típico que es el atributo más característico de un Santo de los Últimos Días? ¿Que no fuma ni bebe? ¿Que es devoto de su familia? ¿Que es fanático en su asistencia a las reuniones? ¿Qué éxito hemos tenido hasta ahora en alcanzar el punto que soñó Jesús de que “en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”? (Juan 13:35.) ¿Por qué no somos más conocidos por eso?

12. Jesús había enseñado previamente que uno debe amar a su prójimo como a sí mismo. ¿En qué sentido, entonces, es un “mandamiento nuevo” el que Él da en Juan 13:34-35?

Posibles respuestas para los Puntos para meditar en Mateo 26; Marcos 14; Juan 13

1. Ya hemos visto antes algunas de las historias en la lectura de esta semana. ¿Qué notaste en la lectura de esta semana sobre eventos familiares que era nuevo o parecía valer la pena repetir?

Tu elección. Para mí, fue darme cuenta de que la historia de la mujer que ungió la cabeza y los pies de Jesús fue el mismo evento que encontramos anteriormente en Juan 12 y Lucas 7. Y fue interesante notar que esto fue en la casa de un tal Simón el leproso, evidentemente amigo o conocido de María, Marta y Lázaro en Betania, ya que Marta estaba sirviendo y María estaba allí para ungir a Jesús con aceite precioso. Simón, también fariseo, evidentemente había sido sanado previamente de su lepra, presumiblemente por Jesús, o no se le habría permitido socializar con otros. Pero a pesar de su curación, parece no haberse convertido en discípulo de Jesús. Aprendemos, también, que Judas Iscariote era hijo de un Simón, muy posiblemente este mismo Simón. Y parece que Judas estaba enojado no solo por la objeción de Jesús a su crítica de que María “desperdiciara” tanto ungüento precioso en Jesús, sino por la queja de Jesús sobre el mal trato que recibió de Simón, quien debería haberlo tratado con mucha más cortesía. Esta ira en Judas parece ser lo que lo impulsó inmediatamente a contactar a los principales sacerdotes y ofrecer traicionar a Jesús.

Judas fue a los principales sacerdotes ofreciendo traicionar a Jesús inmediatamente después de que Jesús lo había reprendido a él y a otros por su objeción a que María ungiera Su cabeza y Sus pies con aceite precioso. Evidentemente, Judas estaba enojado por eso y quería vengarse. La versión TJS de Marcos 14:28 nos dice: “[Judas] se apartó de él [Jesús] y se ofendió a causa de sus palabras”.
El registro nos dice que Judas “buscó la oportunidad de traicionarlo”, no para incitarlo a “demostrar su condición de Mesías”. (Mateo 26:16.)
Jesús dijo (Mateo 26:24) que más le valdría no haber nacido. Tal no sería el caso con un error honesto.
Juan 13:2 nos dice que “el diablo ya habá puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que le entregase.”
Juan 13:10-11 nos dice además que no todos los apóstoles estaban limpios, ya que Él sabía quién lo iba a entregar.
Jesús le dijo muy específicamente a Judas que lo traicionaría, dándole a Judas todas las oportunidades para corregir su conducta si hubiera estado dispuesto a hacerlo.
En 3 Nefi 29:7, Jesús evidentemente se refiere a Judas como “el hijo de perdición, para quien no hubo misericordia”.

En esa época, se esperaría que las mujeres llevaran cántaros de agua, no los hombres. Por lo tanto, es poco probable que los discípulos hubieran tenido algún problema para decidir a qué hombre seguir.

4. ¿Qué mini-sermón podrías dar de Mateo 26:22?

Tal vez: Cuando Jesús anunció que uno de los apóstoles lo iba a traicionar, podrían haber comenzado a especular: “Probablemente sea Mateo. Antes era publicano”. O, “Apuesto a que es ese tipo Judas”. En cambio, cada uno preguntó: “Señor, ¿soy yo?” Del mismo modo, todos haríamos bien en mirar dentro de nosotros mismos y preguntarnos cómo podemos mejorar en lugar de obsesionarnos con las fallas percibidas en los demás.

5. ¿Qué has encontrado personalmente útil para hacer que la ordenanza sacramental semanal sea significativa y nueva cada vez?

Esto puede ser un desafío, cuando se usan las mismas palabras cada vez y los mismos jóvenes imperfectos bendicen y reparten la Santa Cena cada semana. Algunas posibles ayudas podrían incluir:

Reflexionar sobre las palabras del himno sacramental recién cantado durante el repartimiento de la Santa Cena.
Pensar en el amor que Jesús demostró por cada uno de nosotros al sufrir una cantidad correspondiente a todo el dolor y sufrimiento que hemos experimentado, merecido experimentar o causado a otros durante toda nuestra vida.
Meditar en cada frase de la oración sacramental y su aplicación. Por ejemplo,
- ¿Qué significa realmente tomar sobre nosotros el nombre de Cristo? ¿Cómo hacemos eso sin incomodar a los demás? ¿O es importante su comodidad?
- ¿Cómo lo podemos recordar siempre y aun así lograr centrar nuestra atención en nuestras labores diarias?
- ¿En qué mandamientos debemos trabajar con mayor diligencia?
- ¿Qué diferencia práctica haría en nuestras vidas si realmente tuviéramos el Espíritu de Cristo con nosotros siempre? ¿Cómo reconocemos ese Espíritu? ¿Qué hace por nosotros?
Prestar atención a los mensajes espirituales que el Señor puede estar tratando de transmitirnos a cada uno de nosotros durante el tiempo devocional de la Santa Cena.

6. ¿Cuál consideras que es la contribución más significativa de la Traducción de José Smith a la historia del primer servicio sacramental?

Para mí es la aclaración de que este no fue un evento de una sola vez, sino el primero de lo que se convertiría en un ritual regular entre los fieles. “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió, y lo dio a los discípulos, y dijo: Tomad, comed de él; y un mandamiento os doy, y este es el mandamiento que os doy, que como me veáis hacer, hagáis lo mismo en memoria de mi cuerpo.) (TJS, Mateo 26:26). Y os doy un mandamiento, que cuidaréis de hacer las cosas que me habéis visto hacer, y daréis testimonio de mí aun hasta el fin”. (Mateo 26:29)

7. ¿Qué añadió el canto de un himno a la Última Cena? ¿Por qué cantamos un himno hoy justo antes de participar de la Santa Cena? (Mateo 26:30)

Presumiblemente, el himno durante la Última Cena cumplió el mismo propósito que nuestros himnos sacramentales hoy. Invitan al Espíritu a través de una música tranquila y hermosa. Y la letra brinda pensamientos sobre los cuales podemos reflexionar durante el repartimiento de la Santa Cena para hacer que esa experiencia sea más significativa.

8. ¿En qué parte de las Escrituras modernas podemos leer más acerca de la gran “reunión sacramental” de los últimos días a la que se alude en Lucas 22:16, Mateo 26:29 y Marcos 14:25?

Las notas al pie de página de estos pasajes deben llevarte a D. y C. 27:5-14, que habla con cierta extensión acerca de este gran evento futuro y de quienes estarán presentes en él.

9. ¿Qué conexión hay entre Lucas 22:24-30 y Juan 13:4-17, que no es inmediatamente evidente a menos que uno lea los dos pasajes secuencialmente?

El hecho de que Jesús lavara los pies de los apóstoles como una lección de servicio siguió inmediatamente a sus discusiones sobre “quién de ellos sería el mayor”.

Jesús les dijo específicamente a los apóstoles en Juan 13:14-15 que lo había hecho como “ejemplo …, para que así como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Por lo general, los sirvientes, no los amos, lavaban los pies de los demás. Jesús una vez más está tratando de enseñar que los más grandes entre ellos debían servir, no dominar. Además de cumplir el propósito práctico de quitar la suciedad de los pies polvorientos de los presentes, el lavatorio de pies en esta ocasión evidentemente sirvió como símbolo del poder limpiador de la expiación. Como Jesús le dijo a Pedro: “Si no te lavo no tendrás parte conmigo”. Les dijo que no entenderían eso en este momento, pero que lo sabrían en el futuro. (Juan 13:7.)

Las dos razones más obvias por las que no somos más conocidos por nuestro amor por los demás son:

Muchos de nosotros aún no hemos alcanzado ese ideal hasta el punto de que es obvio para los de afuera.
El amor a menudo se demuestra en silencio, mientras que otras características pueden ser más visibles para el espectador.

12. Jesús había enseñado previamente que uno debe amar a su prójimo como a sí mismo. ¿En qué sentido, entonces, es un “mandamiento nuevo” el que Él da en Juan 13:34-35?

Una cosa es amar a los demás solo tanto como nos amamos a nosotros mismos, especialmente si tenemos un complejo de inferioridad, y otra muy distinta es amar tanto como ama Jesús. No es suficiente amar a los demás tal como nos amamos a nosotros mismos. Necesitamos amarlos tanto como Jesús los ama. Esto, por supuesto, requerirá la ayuda divina para lograrlo.