Puntos para meditar en Hebreos 7-13

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Puntos para meditar en 7-13

Como lo hiciste la semana pasada, para cada uno de los siguientes pasajes de Hebreos 7-13, indica brevemente cuál crees que es la interpretación correcta del pasaje y/o da una o más aplicaciones prácticas del mismo. En otras palabras: (1) ¿Qué está diciendo realmente el pasaje, en inglés simple? Y/o (2), ¿qué bien obtenemos del pasaje una vez que lo entendemos? ¿Aumenta nuestra fe? ¿Nos motiva a vivir mejor? ¿Aclara un punto doctrinal importante? ¿Ayuda a enseñar el evangelio a otros?

  • 7:3
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  • 7:21‑25
  • 8:8‑11
  • 9:13‑17
  • 10:1‑10: ¿Encuentras estos versículos más claros en una traducción que no sea la Reina Valera? Si es así, ¿cuál prefieres?
  • 10:24‑25
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Posibles respuestas para los Puntos para meditar en Hebreos 7-13

  • 7:3

Como aclara la Traducción de José Smith, no fue Melquisedec sino el sacerdocio que lleva su nombre, que es “sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tiene principio de días ni fin de vida”. A diferencia del Sacerdocio Aarónico, que en la antigüedad solo lo poseían aquellos que pertenecían literalmente a la tribu de Leví, el Sacerdocio de Melquisedec no dependía del linaje, sino que podía conferirse a cualquier persona que lo mereciera.

  • 7:11

Este puede ser el pasaje bíblico más claro para indicar que hay dos sacerdocios, el Aarónico (o levítico) y el de Melquisedec.

  • 7:21‑25

Por ambiguo que parezca, este es probablemente el pasaje bíblico más claro sobre el hecho de que no había ningún juramento relacionado con el Sacerdocio Aarónico, sacerdocio, que se aplicaba únicamente a esta vida. El Sacerdocio de Melquisedec, por otro lado, incluía un juramento y un convenio, y sus poseedores, como Jesucristo mismo, continuarían poseyéndolo para siempre. DyC 84 es mucho más claro acerca de los detalles del juramento y convenio del Sacerdocio de Melquisedec. Véase también Sacerdocio de Melquisedec (churchofjesuschrist.org), que dice: “Cuando un hombre recibe el Sacerdocio de Melquisedec, entra en el juramento y convenio del sacerdocio. Hace convenio de ser fiel, de magnificar su llamamiento, de estar “diligentemente atent[o] a las palabras de vida eterna” y de vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Los que guarden ese convenio serán santificados por el Espíritu y recibirán “todo lo que [el] Padre tiene” (véase Doctrina y Convenios 84:33–44).”

  • 8:8‑11

Aquí Hebreos cita Jeremías 31:31-34 con respecto al nuevo convenio que el Señor haría en los últimos días con la casa de Israel. Se está cumpliendo parcialmente incluso ahora, ya que mediante el programa Ven, sígueme, Seminario e Instituto, las transmisiones por televisión de la conferencia general, el estudio individual de las Escrituras y la revelación personal, la ley del Señor está más presente que nunca en el corazón y la mente de Su pueblo. Todavía esperamos el día, por supuesto, cuando se pueda decir con verdad que “ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor, porque todos me conocerán, desde en menor hasta el mayor de ellos.”

  • 9:13‑17

La referencia de Pablo aquí al “nuevo testamento” es la fuente del nombre de toda la colección de libros desde Mateo hasta Apocalipsis. Habla de éste como un testamento, que sólo adquiere validez a la muerte de quien lo preparó. La muerte de Cristo, por lo tanto, nos hace a todos herederos legítimos de las bendiciones que Él prometió. Curiosamente, José Smith cambió cada referencia a un “testamento” en este capítulo a “convenio” en su revisión de la Biblia. La mayoría de los traductores del Nuevo Testamento al español suelen usar la palabra “pacto” o “alianza” en lugar de “testamento”. En lugar de funcionar como un testamento regular, que no impone requisitos a los destinatarios, el arreglo de Cristo con nosotros es una calle de doble sentido, donde debemos cumplir con nuestra parte del trato para recibir todas las bendiciones que Él ha reservado para nosotros.

  • 10:1‑10:  ¿Encuentras estos versículos más claros en una traducción que no sea la Reina Valera? Si es así, ¿cuál prefieres?

Tu elección. A mí me gusta la Nueva Traducción Viviente, que dice:

El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra—un tenue anticipo de las cosas buenas por venir—no las cosas buenas en sí mismas. Bajo aquel sistema se repetían los sacrificios una y otra vez, año tras año, pero nunca pudieron limpiar por completo a quienes venían a adorar. Si los sacrificios hubieran podido limpiar por completo, entonces habrían dejado de ofrecerlos, porque los adoradores se habrían purificado una sola vez y para siempre, y habrían desaparecido los sentimientos de culpa.

3 Pero en realidad, esos sacrificios les recordaban sus pecados año tras año. Pues no es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados. Por eso, cuando Cristo[a] vino al mundo, le dijo a Dios:

«No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado.
    Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.

6 No te agradaron las ofrendas quemadas
    ni otras ofrendas por el pecado.
Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad
    como está escrito acerca de mí en las Escrituras”»[b].

8 Primero, Cristo dijo: «No quisiste sacrificios de animales, ni ofrendas por el pecado, ni ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado; tampoco te agradaron todas esas ofrendas» (aun cuando la ley de Moisés las exige). Luego dijo: «Aquí estoy, he venido a hacer tu voluntad». Él anula el primer pacto para que el segundo entre en vigencia. 10 Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos hiciera santos, una vez y para siempre.

  • 10:24-25

Este pasaje en español no causa la confusión que puede causar en inglés, donde en vez de usar “motivar,”usa la palabra “provoke” (provocar), que en inglés moderno casi siempre tiene un sentido negativo de “molestar,” “regañar,” o “incitar enojo” en otra persona. Pero no fue así en 1611, cuando se produjo la versión King James y se usaba la palabra tal como “motivar” se usa hoy. El versículo 25 continúa animándonos a reunirnos para que podamos exhortarnos (o “motivarnos”) unos a otros en formas positivas.

  • 10:26-27

Pablo enfatiza que si pecamos “voluntariamente” después de haber recibido el conocimiento de la verdad, el arrepentimiento es extremadamente difícil, si no imposible. Una cosa es caer en pecados de acción u omisión cuando realmente estamos tratando de mejorar. Esos son los pecados que se perdonan fácilmente, ya que tomamos la Santa Cena cada semana y prometemos tratar de hacerlo mejor. Pero si pecamos intencionalmente, y especialmente con un espíritu de rebelión, es muy difícil sentir verdadero pesar y calificar para el perdón, no porque el Señor no esté dispuesto, sino porque nosotros no lo estamos.

  • 10:31

“Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo.” Dios es amor y es abundantemente paciente con aquellos que lo aman y que están tratando de seguirlo. Pero para aquellos que se oponen a Él, Él es tan capaz de repartir castigos (principalmente reteniendo bendiciones) como Él es capaz de derramar bendiciones sobre los fieles. Este pasaje nos recuerda la frase, “el día grande y terrible del Señor”. Será grande para los justos y terrible para los impíos.

  • 11:1

Éste es otro caso de donde la traducción al español es mejor que la que se encuentra en la versión King James que la mayoría de los miembros de la Iglesia leen en los Estados Unidos y otros países de habla inglés. En inglés dice, “Faith is the suibstance (sustancia) of things hoped for.” José Smith cambió la palabra “substance” a “assurance” en su revisión inspirada. Pero en español ya dice “certeza,” así que no es necesario el cambio del Profeta.

Vale la pena enfatizar la combinación de fe con esperanza de Pablo, como lo hace Alma en Alma 32:21 y nuevamente en Alma 32:27, donde enseña que la fe comienza con el deseo de creer. Es poco probable que la fe eche raíces en alguien que espera que el evangelio no sea verdadero. Pero si uno honestamente todavía no cree pero espera fervientemente que un mensaje tan glorioso pueda ser verdad, está en camino de convencerse de que lo es.

  • 11:4-5

En estos versículos, Pablo señala que tanto Abel como Enoc no solo tenían fe en Dios, sino que tenían un testimonio de Dios de que sus vidas eran aceptables a Sus ojos. José Smith explicó la importancia de esto en el Discurso 6 de los Discursos sobre la fe, donde escribió:

“Para que un hombre dé todo, su carácter y reputación, su honor y aplausos, su buen nombre entre los hombres, sus casas, sus tierras, sus hermanos y hermanas, su esposa e hijos, e incluso su propia vida también – considerando todas las cosas como inmundicia y escoria por la excelencia del conocimiento de Jesucristo, requiere más que la mera creencia o suposición de que está haciendo la voluntad de Dios; sino conocimiento real, sabiendo que, cuando terminen estos sufrimientos, entrará en el descanso eterno y será partícipe de la gloria de Dios. Porque a menos que una persona sepa que está andando según la voluntad de Dios, estaría ofreciendo un insulto a la dignidad del Creador si dijera que sería partícipe de su gloria cuando hubiera terminado con las cosas de esta vida. Pero cuando tiene este conocimiento, y sabe con certeza que está haciendo la voluntad de Dios, su confianza puede ser igualmente fuerte de que será partícipe de la gloria de Dios”.

  • 11:6

Este versículo añade un elemento muy importante a lo que algunas personas piensan que es la fe. Una cosa es creer o incluso saber que Dios existe. Otra muy distinta es creer que Él es bueno y que es “galardonadorde los que le buscan”. Sin esa confianza, no tendríamos motivación para tratar de seguirlo.

  • 11:10-16 

La “ciudad” que Abraham buscaba era presumiblemente la ciudad de Enoc, que él sabía que había sido trasladada por su rectitud. De hecho, Melquisedec, un contemporáneo de Abraham, llevó a su pueblo a ser tan justo que evidentemente recibieron la misma bendición. (TJS, Génesis 14:34.) En cambio, Abraham estaba destinado a permanecer en la tierra durante la mortalidad, para convertirse en el padre de Isaac, quien a su vez tendría a Jacob, de quien surgió toda la casa de Israel. Pero Abraham y otros de fe similar, a pesar de que no recibieron la misma bendición en la vida terrenal que el pueblo de Enoc y Melquisedec, vieron que tales bendiciones les esperaban en la eternidad, “mirándolas de lejos, y creyéndolas,” confesaron que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.” Así también, podemos tener esa esperanza, si nunca nos sentimos totalmente cómodos con la sociedad terrenal.

  • 11:24-26

Pablo evidentemente tenía fuentes acerca de la vida de Moisés que nosotros no tenemos, ya que estos detalles no están en nuestro Antiguo Testamento.

  • 11:32-40

Pablo aquí ofrece un resumen impresionante de la fe de muchos antiguos que, como Éter, habitaron en una cueva, como Melquisedec apagó la violencia del fuego, como Esteban fue apedreado, o como Isaías fue aserrado.

José Smith hizo un par de cosas interesantes con el versículo 40. En D. y C. 128, lo usa para enfatizar la importancia de la obra vicaria para nuestros seres queridos que han partido, quienes sin nosotros no deberían ser perfeccionados. Pero en la traducción de José Smith, cambió el versículo para que dijera: “Proveyendo Dios algunas cosas mejores para ellos por medio de sus aflicciones, porque sin aflicciones no podrían ser perfeccionados”. Las dos ideas no son mutuamente excluyentes, por supuesto. Ciertamente, nuestra perfección, así como la de nuestros parientes difuntos, depende de que atendamos enérgicamente las ordenanzas vicarias en su nombre. Pero también es cierto que aprendemos cosas a través de nuestros sufrimientos o aflicciones que nunca podríamos aprender si la vida fuera un viaje ininterrumpido de pura tranquilidad. Vale la pena recordar eso la próxima vez que nos preguntemos si Dios nos ha abandonado porque las cosas no están saliendo como nos gustaría que fueran.

  • 12:1

Pablo nos recuerda que la fe no es una fe ciega sino el resultado de nuestra confianza en una “gran nube de testigos”. 

  • 12:2

El sufrimiento de Jesús por nosotros en Getsemaní y en la cruz no fue motivado solo por el deber, sino por darse cuenta de que era la forma en que Él eventualmente experimentaría un gozo tan grande como lo había sido Su sufrimiento. Es un gran recordatorio para nosotros del gozo que nos espera mientras superamos con éxito las pruebas de la vida.

  • 12:6

¡Un recordatorio importante de que la disciplina del Señor, cuando la necesitamos, es una señal de Su amor por nosotros, no un castigo que Él inflige con alegría solo para vengarse! Es interesante notar que el versículo tiene la forma de un quiasmo simple, una forma poética antigua común a las escrituras hebreas así como al Libro de Mormón, aunque pasó desapercibido en el Libro de Mormón hasta 1972.

  • 12:9

Un gran pasaje para enseñar que Dios no es simplemente nuestro Creador sino que es literalmente el Padre de nuestros espíritus, en cuya forma vivimos con Él antes de nuestro nacimiento a través de padres mortales en esta vida.

  • 12:22-23

Este pasaje, por lo demás un tanto difícil de interpretar, parece haber sido aclarado por José Smith para indicar que los santos hebreos habían llegado a un punto en el que podían disfrutar de grandes dones espirituales y una asociación, al menos en sentido figurado, con seres angélicos y santos de dispensaciones pasadas. Véase DyC 76:66-69, que parece enseñar que tales experiencias son un requisito para la entrada en el reino celestial.

Esta idea es consistente con la conclusión de José Smith de D. y C. 76, donde después de hablar de la gran visión que él y Sidney Rigdon habían visto, escribió, en los versículos 114-118:

114 Pero agrandes y maravillosas son las obras del Señor y los bmisterios de su reino que él nos enseñó, los cuales sobrepujan a toda comprensión en gloria, en poder y en dominio,

115 los cuales nos mandó no escribir mientras estábamos aún en el Espíritu, y no es alícito que el hombre los declare;

116 ni tampoco es el hombre acapaz de darlos a conocer, porque solo se ven y se bcomprenden por el poder del Santo Espíritu que Dios confiere a los que lo aman y se purifican ante él;

117 a quienes concede este privilegio de ver y conocer por sí mismos,

118 para que por el poder y la manifestación del Espíritu, mientras estén en la carne, puedan aguantar su presencia en el mundo de gloria.

En otras palabras, no hay nada mágico en morir que nos prepare mejor para soportar la presencia de Dios. Si no estamos calificados para tener Su Espíritu aquí y ahora, ¿cómo podemos esperar asociarnos con Él en el más allá?

  • 13:2

Este pasaje fascinante parece sugerir que los ángeles del cielo bien podrían aparecer sin previo aviso para la cena y que deberíamos darles una calurosa bienvenida. Es cierto que Jesús se sentó a comer sin ser reconocido con dos hombres en el camino a Emaús después de Su resurrección. Las Escrituras parecen guardar silencio, sin embargo, en cuanto a cualquier otra ocasión conocida en la que ocurrió algo similar. José Smith entendió que los hombres santos que visitaron a Abraham en Génesis 18 eran mortales.

La aplicación más probable de este pasaje parecería ser la sugerida por Jesús en Su parábola de las ovejas y las cabras en Mateo 25: en la medida en que lo hacemos por los más pequeños entre nosotros, Jesús lo considera como si se lo hiciéramos a Él. . Entonces, es posible que queramos alimentar a un extraño hambriento. Pero no es necesario suponer que es un visitante del mundo invisible.

  • 13:6

Una gran declaración de fe: “El Señor es mi ayudador, y no temeré lo que me pueda hacer el hombre”.

  • 13:8 

Un pasaje con posible aplicación misionera. Por ejemplo, si Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos, es lógico pensar que si una vez dirigió Su iglesia a través de profetas y apóstoles vivientes, lo haría hoy. Si Él recompensó la fe y el arrepentimiento en la antigüedad, podemos esperar lo mismo ahora.

Obviamente, la declaración de Pablo no puede tomarse completamente literalmente sin limitaciones, ya que en la vida preterrenal, Jesús era un espíritu sin cuerpo, al igual que todos nosotros. Ahora tiene un cuerpo resucitado de carne y huesos, y siempre lo tendrá. Las Escrituras nos dicen que Él no recibió la plenitud al principio, sino que creció de gracia en gracia. Pero por lo demás, como nuestro Creador, Redentor y Señor, Él es el modelo de coherencia.

  •  13:7, 17

Pablo aquí nos da buenos recordatorios en cuanto a la importancia de acordarnos, obedecer, y sujetarnos a nuestros “pastores,” que serían nuestros líderes religiosos, sean a nivel general o local de la Iglesia.