Puntos para meditar en Alma 43-63

Para acompañar tu estudio Ven, sígueme para las semanas del 12-25 de agosto

Son dos semanas de lectura, pero comprenderás, disfrutarás y aprenderás más de estos “capítulos de guerra” si los lees y reflexionas todos en la misma semana. El ejercicio “El mensaje de Mormón a los militantes modernos” será aún más divertido si también lees Mormón 1-6 primero.

Además de leer Alma 43-63, disfrutarás los siguientes videos sobre el tema:


También querrás consultar el siguiente comentario del Manual del Libro de Mormón del alumno del Institute de Religión:

Además de leer y reflexionar sobre estos capítulos, disfrutarás leyendo el siguiente artículo sobre una experiencia moderna que es paralela a la liberación milagrosa de Helamán y sus dos mil jóvenes guerreros, aunque tengas que aprovecharte de Google Translate para entenderlo:

Si deseas ver un juego de Kahoot relacionado con este material que podrías usar para tu propia diversión o con tu familia o clase, haz clic aquí: https://create.kahoot.it/share/alma-43-63/697b4c0d-7f70-4ca7-bbd8-9d32d905f595 . (Para usarlo con un grupo, después de hacer clic en este enlace, deberás iniciar sesión en Kahoot, creando una cuenta gratuita si no lo has hecho anteriormente, luego hacer clic en el botón azul “Start”.) Algunas de las preguntas de Kahoot pueden presuponer que el jugador ha leído las respuestas sugeridas a los siguientes Puntos para meditar, así como las lecturas recomendadas del Manual del estudiante del Instituto.

Puntos para meditar en Alma 43-63

EMPAREJAR: [Será necesario usar una de las opciones dos veces.]

_____1.  Aceptó condiciones de paz tras perder el cuero cabelludo.

_____2.  Juez superior cuyo capitán en jefe erroneamente lo sospechaba de traición.

_____3.  Dirigió el ejército más joven registrado en la historia nefita.

_____4.  Hizo la primera bandera americana registrada.

_____5.  Mató a tres otros de esta lista antes der ser muerto él mismo.

_____6.  Arregló la muerte de un rey y se casó con su viuda.

_____7.  Se convirtió en rey de los lamanitas después de que su predecesor fuera asesinado en la víspera de Año Nuevo.

_____8.  Dio un breve golpe de estado en Zarahemla.

_____9. Un hombre “de extraordinaria curiosidad” que puede haber descubierto sin darse cuenta una o más islas de la Polinesia.

_____10.  General nefita que luchó contra los lamanitas en el valle al este del río Sidón

_____11.  Líder rebelde lamanita que fue engañado por un rebelde nefita

_____12. Recibió información militar a través de una revelación sobre los movimientos de las tropas lamanitas, y más tarde se creyó que había sido trasladado y llevado al cielo sin probar la muerte.

_____13. Se decía de él que “si todos los hombres hubieran sido, y fueran y pudieran siempre ser como” él, “los poderes mismos del infierno se habrían sacudido para siempre” y “el diablo jamás tendría poder sobre el corazón de los hijos de los hombres.”

_____14.  Golpeó a una sirvienta, quien más tarde frustró sus planes de huir a las tierras del norte.

a.  Alma

b.  Amalickíah

c.  Ammorón

d.  Hagot

e.  Helamán

f.  Lehi

g.  Lehonti

h.  Moriantón

i.  Moroni

j.  Pacus

k.  Pahorán

l.  Teáncum

m. Zerahemnah

15. El Libro de Mormón en su totalidad registra unos 2600 años de historia en este continente en 531 páginas, con un promedio de casi 5 años por página. Por el contrario, el registro de la larga guerra registrado en Alma 43-62 ocupa un promedio de aproximadamente ¿cuántos años por página?

a. .3     

b. 1.2     

c. 3.1     

d. 15

16. ¿Qué sabemos sobre Hagot? ¿Es un antepasado de los polinesios?

17. Completa el siguiente ejercicio del Mensaje de Mormón para los militantes modernos.

Mensaje de Mormón para los militantes modernos

O, ¿Por qué en el Libro de Mormón se trata tanto de la guerra?

Quien lee por primera vez el Libro de Mormón puede quedar sorprendido de encontrar que el libro no es simplemente un tratado religioso sino que hasta cierto grado es una crónica de conflictos. De acuerdo a un cálculo muy real, más de cien páginas de sus 557 tratan específicamente y en detalle sobre la guerra. La palabra guerra, con sus derivados, aparece un total de 171 veces en el Libro de Mormón. Existen otras 147 referencias a la palabra batalla en sus diversas formas y un número igual de la palabra contención, en tanto que matar y matanza aparecen 284 veces y otras 294 veces se hace referencia a ejército o ejércitos. El propósito de este trabajo es explorar las posibles razones por las que Mormón haya incluido tanto material relacionado con la guerra y analizar las enseñanzas de los profetas del Libro de Mormón en relación con las siguientes cuatro preguntas: (1) ¿Cuando se justifica la guerra? (2) ¿Qué reglas gobiernan la justa conducción de la guerra? (3) ¿Qué debe hacer una nación a fin de ganar una guerra? (4) ¿Qué efectos, buenos o malos, puede esperar de la guerra un pueblo justo?

Se invita al lector a considerar el siguiente “examen” de verdadero/falso sobre el tema. Quince de las declaraciones relativas a las actitudes nefitas hacia la guerra, la paz y la seguridad nacional son verdaderas, y quince son consideradas parcial o totalmente falsas. El resto del trabajo consiste en las respuestas y explicación del autor a cada una de las declaraciones. El lector puede comparar su propio puntaje con el siguiente sugerido como modelo:

26 o más correctas = iExcelente! Mormón estaria orgulloso de ti.

15 a 26 correctas = No está mal, pero Mormón quisiera que volvieras a leer el libro.

14 o menos correctas = Hay toda una nueva aventura esperándote en el Libro de Mormón.

Debo admitir que estas declaraciones para la prueba de verdadero/falso tomadas en su conjunto representarían un muy pobre material en un examen académico, ya que ese tipo de prueba se caracteriza por su tendencia a recompensar al afortunado en tanto que sanciona al concienzudo. También tienden a dar un indebido realce a palabras tales como siempre y nunca. Y existe el peligro de que el estudiante recuerde más una declaración falsa que la explicación de por qué es falsa. Pero si el lector encara el “examen” con un espíritu de diversión y presta más atención a la explicación que a la simple “respuesta” en cada caso, disfrutará y aprovechará la experiencia.

Painting by James Fullmer

¿Cuál es tu CMLM? (Cociente Militar del Libro de Mormón)

1. Probablemente el Libro de Mormón contiene tanto detalle relativo a la guerra porque fue compendiado por un militar (Mormón) quien estaba más interesado que nosotros en ese tipo de cosas.

2. Los profetas nefitas enseñaron que no hay nada que merezca la lucha y que se puede esperar que la guerra continúe hasta que finalmente los hombres así lo reconozcan.

3. El Libro de Mormón enseña que una persona verdaderamente justa preferirá dar su vida antes que tomar las armas aún en defensa propia.

4. El justo Gideón enseñó que ante determinadas circunstancias la esclavitud es preferible a la muerte.

5. El Libro de Mormón enseña que la revolución armada en ningún caso es la respuesta adecuada aunque se trate de un gobierno de opresión.

6. El capitán Moroni probablemente debe haber tenido poca dificultad en aceptar la idea de que “todo es aceptable en el amor y la guerra”.

7. Los justos nefitas ocasionalmente iniciaron ataques preventivos contra los lamanitas para disminuir las pérdidas de vidas de ambos bandos, cuando sabían que los lamanitas estaban planeando atacarlos.

8. Una vez que los nefitas fueron a la ofensiva contra los lamanitas, Mormón nunca más consintió en ser su líder.

9. La Iey del Señor en cuanto a la guerra dada a sus profetas tanto de la antigua América como del antiguo Israel, fue que su pueblo no debia ir a la guerra hasta que sus enemigos les hubieran atacado cuatro veces.

10. Los líderes militares nefitas invariablemente se rehusaron a matar lamanitas que estuvieran bebidos o dormidos.

11. Moroni consideraba que las tácticas de engaño, tales como el espionaje y los subterfugios, podían descalificar a los nefitas para recibir la divina protección que necesitarían en la batalla.

12. Ocasionalmente los nefitas ejecutaban a algunos de sus prisioneros de guerra, pero generalmente dejaban en libertad a la mayoría de ellos.

13. Durante los años en que vivían en justicia, los nefitas consideraban que el matar a sus agresores lamanitas era un deber desagradable pero necesario.

14. Los ejércitos nefitas estaban compuestos exclusivamente de voluntarios.

15. El castigo de Moroni para los objetores de conciencia era la muerte.

16. El pueblo nefita tenía un papel preponderante en la elección de los líderes militares.

17. Aun cuando confiaban en que el Señor les libraría, los nefitas dedicaban un tiempo y recursos considerables a la producción de armas y sistemas de defensa.

18. Aun cuando el Señor bendecía a los nefitas justos en la batalla, tal ayuda era más espiritual que temporal y por regla general era tan gradual que resultaba casi imperceptible a menos que se mirara hacia atrás.

19. En ocasiones el Señor dio a los nefitas detalladas revelaciones en cuanto a la ubicación, planes y tácticas del ejército lamanita.

20. El Libro de Mormón enseña que cuando la mayoría en una nación escoge lo malo, esa nación puede esperar que los juicios de Dios sobrevengan con gran destrucción.

21. El Libro de Mormón enseña que una dedicada y justa minoría puede Impedir la destrucción de una nación aun cuando la mayoría esté en el pecado.

22. Entre los nefitas las calificaciones para la posición de capitán en jefe, parecen haber Incluido su juventud, la fortaleza fisica y el espíritu de revelación.

23. Los nefitas Ilegaron a darse cuenta que la subversión interna era un peligro mayor que una invasión extranjera.

24. El Libro de Mormón demuestra que la promesa del Señor de proteger a los justos es un principio general que no necesariamente se aplica en casos específicos.

25. En una memorable batalla, Helamán lideró un grupo de 2.000 jóvenes lamanitas conversos, todos los cuales fueron o muertos o heridos en la lucha.

26. Los profetas del Libro de Mormón a menudo aceptaban la guerra con gusto como un medio de hacer que las almas descarriadas se arrepintieran y producir firmeza de carácter entre los justos.

27. Antes de la venida de Cristo, nunca los nefitas fueron más felices que cuando estaban esperando un inminente ataque de los numéricamente superiores lamanitas, según se detalla en los últimos capítulos de Alma.

28. El Libro de Mormón enseña que la paz y la guerra no pueden coexistir simultáneamente.

29. El Libro de Mormón equipara al Espiritu de Dios con el espíritu de libertad,

30. El continente americano aún tiene la promesa de libertad y divina protección siempre que sus habitantes guarden los mandamientos de Dios.

Posibles respuestas para los Puntos para meditar en Alma 43-63

EMPAREJAR: [Será necesario usar una de las opciones dos veces.]

m____1. Aceptó condiciones de paz tras perder el cuero cabelludo.

k____ 2. Juez superior cuyo capitán en jefe erroneamente lo sospechaba de traición.

e_____3. Dirigió el ejército más joven registrado en la historia nefita.

i_____4. Hizo la primera bandera americana registrada.

l_____5. Mató a tres otros de esta lista antes der ser muerto él mismo.

b_____6. Arregló la muerte de un rey y se casó con su viuda.

c_____7. Se convirtió en rey de los lamanitas después de que su predecesor fuera asesinado en la víspera de Año Nuevo.

j_____8. Dio un breve golpe de estado en Zarahemla.

d_____9. Un hombre “de extraordinaria curiosidad” que puede haber descubierto sin darse cuenta una o más islas de la Polinesia.

f_____10. General nefita que luchó contra los lamanitas en el valle al este del río Sidón

g_____11. Líder rebelde lamanita que fue engañado por un rebelde nefita

a_____12. Recibió información militar a través de una revelación sobre los movimientos de las tropas lamanitas, y más tarde se creyó que había sido trasladado y llevado al cielo sin probar la muerte.

i_____13. Se decía de él que “si todos los hombres hubieran sido, y fueran y pudieran siempre ser como” él, “los poderes mismos del infierno se habrían sacudido para siempre” y “el diablo jamás tendría poder sobre el corazón de los hijos de los hombres.”

h_____14. Golpeó a una sirvienta, quien más tarde frustró sus planes de huir a las tierras del norte.

a.  Alma

b.  Amalickíah

c.  Ammorón

d.  Hagot

e.  Helamán

f.  Lehi

g.  Lehonti

h.  Moriantón

i.  Moroni

j.  Pacus

k.  Pahorán

l.  Teáncum

m.  Zerahemna

15. El Libro de Mormón en su totalidad registra unos 2600 años de historia en este continente en 531 páginas, con un promedio de casi 5 años por página. Por el contrario, el registro de la larga guerra registrado en Alma 43-62 ocupa un promedio de aproximadamente ¿cuántos años por página?

a. .3     

b. 1.2     

c. 3.1     

d. 15

16. ¿Qué sabemos sobre Hagot? ¿Es un antepasado de los polinesios?

Véase el siguiente artículo sobre el tema: ¿Por qué Mormón mencionó a Hagot? – Central de las Escrituras (centralldm.es). Y disfruta el siguiente video:

17. Completa el siguiente ejercicio del Mensaje de Mormón para los militantes modernos.

Posibles respuestas para el Mensaje de Mormón para los militantes modernos

1.  Probablemente el Libro de Mormón contiene tanto detalle relativo a la guerra porque fue compendiado por un militar (Mormón) quien estaba más interesado que nosotros en ese tipo de cosas.

Falso. La razón por la que Mormón incluyó tanto material sobre la guerra probablemente haya sido que él, al igual que Nefi, sabía que habría “guerras y rumores de guerras entre todas las naciones y familias de la tierra” (1 Nefi 114:15) en los últimos días y estaba convencido que se podían aprender muchas lecciones de la historia militar nefita lo que beneficiaria a las generaciones posteriores que enfrentaran las mismas situaciones y desafíos. Moroni, quien finalizó el relato de su padre, específicamente dice para sus futuros lectores del alcance de su conocimiento sobre las circunstancias que enfrentarían:

“He aquí, el Señor me ha mostrado cosas grandes y maravillosas concernientes a lo que se realizará en breve, en ese día en que aparezcan estas cosas entre vosotros.

“He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras.” (Mormón 8:34-35.)

En vista de su conocimiento anticipado y en vista de la dificultad de grabar sobre planchas metálicas, es difícil creer que Mormón o Moroni hayan Incluido relatos tan extensos de sus sentimientos y experiencias relativas a la guerra, sólo porque personalmente les haya resultado “interesante”.

2.  Los profetas nefitas enseñaron que no hay nada que merezca la lucha y que se puede esperar que la guerra continúe hasta que finalmente los hombres así lo reconozcan.

Falso. Una de las grandes lecciones del Libro de Mormón es que hay cosas por las cuales vale la pena luchar. A los nefitas no solamente se les permitió sino que se les requirió pelear en defensa de “sus hogares y sus libertades, sus esposas y sus hijos, y todo cuanto poseían; sí, por sus ritos de adoración y su Iglesia” (Alma 43:45). Ellos entendían que el Señor les había mandado “defenderéis a vuestras familias aun hasta la efusión de sangre”(vers. 47a). Moroni escribió a sus aparentemente apáticos compatriotas que “salvo que os afanéis por la defensa de vuestro país y de vuestros pequeñitos, la espada de la justicia ya se cierne sobre vosotros; sí, y caerá sobre vosotros y os visitará hasta vuestra completa destrucción” (Alma 60:29). Aun el justo Ammón enseñó que era adecuado luchar en defensa de la propiedad cuando se levantó solo contra aquellos que habían esparcido los rebaños del rey Lamoni, los que habían sido confiados a su cuidado (ver Alma 17:26-39).

3.  El Libro de Mormón enseña que una persona verdaderamente justa preferirá dar su vida antes que tomar las armas aún en defensa propia.

Falso. La principal razón para que prevalezca la noción de que el Libro de Mormón defiende al pacifismo como algo más santo que la defensa propia, es el relato de los conversos lamanitas que se rehusaron a tomar las armas en contra de sus hermanos. Pero resulta claro que este fue un caso especial y no se Intentó establecer un precedente que todos los demás debían seguir. El mensaje del auto-sacrificio de los conversos lamanitas no es que está mal defenderse, sino que los juramentos son inviolables. En ningún Iado está especificado que fueran obligados por el Señor o por los hijos de Mosiah a realizar un juramento de que nunca más tomarian la espada. Parece que la idea provino de ellos mismos, considerando que en su caso, siendo que ellos una vez habían sido asesinos, sería más seguro abandonar la espada que correr el riesgo de volver a las antiguas actitudes y asi invalidar su tan difícilmente logrado arrepentimiento. Quizás al igual que un ex-alcohólico no puede siquiera probar un sorbo de bebida, los ex-asesinos no podían nuevamente participar de la guerra y estar seguros de no caer otra vez. O posiblemente consideraban que al ofrecer sus propias vidas podrían ayudar a expiar por las vidas que habían quitado a otros. De cualquier manera, una vez que voluntariamente habían hecho una promesa de pacifismo, sea cual fuere la razón, era crucial que no intentaran invalidar su voto. Pero resulta obvio que no tenían escrúpulos en contra de los sistemas defensivos como un principio general. Si tal hubiera sido el caso, difícilmente se habrían sentido libres de enviar de su substancia para el sostén del ejército nefita o no habrían estado deseosos de enviar a sus hijos, quienes no estaban obligados por el juramento, para que lucharan en su Iugar (ver Alma 24:11-19; 53:14-21). En cuanto a estos jóvenes guerreros lamanitas, Helamán se preocupa de destacar que “eran hombres de verdad y cordura, pues se les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios y a marchar rectamente ante él” (Alma 53:21). Uno difícilmente esperaría tal puntualización si la joven generación estuviera en realidad alejándose de las elevadas normas de justicia que habían exhibido sus padres.

Evidencia adicional de que el Señor no condena a su gente por defenderse, es el hecho de que los profetas y los militares del Libro de Mormón, gozaron de la divina revelación tanto durante como después de sus batallas. De haber estado ellos en seria transgresión a los mandamientos del Señor durante sus campañas militares, esto habría resultado Imposible, ya que “el Espiritu del Señor no habita en templos inmundos” (Helamán 4:24). Helamán reservó su mayor elogio para Moroni, un militar. A manera de resumen, él escribió:

“Si todos los hombres hubieran sido, y fueran y pudieran siempre ser como Moroni, he aquí, los poderes mismos del infierno se habrían sacudido para siempre; si el diablo jamás tendria poder sobre el corazón de los hijos de los hombres” (Alma 48:17).

4.  El justo Gideón enseñó que ante determinadas circunstancias la esclavitud es preferible a la muerte.

Verdadero. Aunque Gedeón era un “hombre justo” (Alma 1:13), cuando las números huestes de lamanitas amenazaron con la inminente destrucción a la colonia de Limhi, él imploró al rey Limhi: “Pacifiquemos al rey, y sujetémonos al juramento que le hemos hecho, porque es mejor que estemos en el cautiverio que perder nuestras vidas; por tanto, demos fin al derramamiento de tanta sangre” (Mosíah 20:22). El cautiverio resultante probó ser difícil, pero fue corto porque el grupo de Limhi se escapó de los lamanitas y se reunió con sus hermanos en Zarahemla.

Alma tomó una posición similar cuando su pequeña ciudad de Helam fue descubierta por una ejército lamanita. Siendo que él vio que la defensa ante tales hordas era inútil, Alma imploró a su pueblo que se entregaran pacíficamente en las manos de los lamanitas, de los cuales en el debido tiempo, al igual que el grupo de Limhi, podrían escapar sin usar las armas.

Pero la más común respuesta nefita está ilustrada por Pahorán cuando escribió: “Nos someteríamos al yugo de la servidumbre si lo precisara la justicia de Dios, o si él nos mandara que lo hiciéramos. Mas he aqui, él no nos manda que nos sujetemos a nuestros enemigos, sino que pongamos en él nuestra confianza, y él nos librará.” (Alma 61:12-13.)

En este mismo espíritu, los jóvenes guerreros lamanitas de Helamán fueron elogiados por pensar más en “la libertad de sus padres que sus propias vidas” (Alma 56:47). Y cuando Giddiani, el líder de Gadiantón, exigió que los nefitas se rindieran, el registro habla en términos elogiosos del gobernador, Laconeo, quien “era un hombre justo, y no se amedrentó por las amenazas y demandas de un ladrón” (3 Nefi 3:12) sino que en cambio preparó a su pueblo en forma tanto militar como espiritual para el inevitable conflicto.

En resumen, el Libro de Mormón deja claro que la revelación divina es necesaria a fin de conocer qué curso tomar en una determinada crisis. No solamente puede el Señor mandar en una situación que se pelee y en otra aconsejar les que huyan (ver Alma 48:15), sino aún bajo otras circunstancias puede impulsarles a someterse a una esclavitud temporal y esperar la ayuda divina para escapar.

5.  El Libro de Mormón enseña que la revolución armada en ningún caso es la respuesta adecuada aunque se trate de un gobierno de opresión.

Falso. Los profetas del Libro de Mormón fácilmente hubieran estado de acuerdo con los signatarios de la Declaración de Independencia en que la revolución no debe usarse por motivos leves o pasajeros, ni excluian las insurrecciones, divinamente aprobadas, en contra de los corruptos líderes, cuando habían fracasado otros métodos más suaves para hacer justicia. La revuelta en contra del Rey Noé es un buen ejemplo de tal caso. Gedeón está claramente representado como un héroe en sus esfuerzos por asesinar a Noé en lo alto de la torre. Cuando un masivo levantamiento popular finalmente logró lo que Gedeón había intentado, nadie derramó lágrimas por el rey muerto, incluyendo al inspirado historiador que volvió a relatar el evento.

Moroni tomó una posición similar con respecto a los desleales oficiales públicos en Zarahemla. No existe mayor ejemplo de patriotismo en todo el Libro de Mormón que el de Moroni, pero el comandante nefita no igualó la lealtad hacia el país con la lealtad a sus líderes a menos que esos líderes tuvieran en sus corazones el mejor interés por el país. Cuando la corrupción interna y la ambición personal provocaron que fracasara el esfuerzo guerrero, Moroni citó la amonestación del Señor de que “lo interior del vaso se ha de limpiar primero, y entonces lo exterior se limpiará también” (Alma 60:23). En su segunda epistola a Pahorán, Moroni dice a su superior: “He aquí, el Señor me dice: Si los que habéis nombrado gobernadores no se arrepienten de sus pecados e iniquidades, iréis a la batalla contra ellos” (Alma 60:33).

La Revolución americana es otro ejemplo de un levantamiento divinamente apoyado. Como Nefi lo había visto en visión, el poder de Dios estaba con los colonos y la ira de Dios estaba sobre “las madres patrias de los gentiles” aun cuando los rebeldes podían haber evitado el derramamiento de sangre de haber continuado sufriendo en silencio la opresión del Rey Jorge III (ver 1 Nefi 13:17-18).

6.  El capitán Moroni probablemente debe haber tenido poca dificultad en aceptar la idea de que “todo es aceptable en el amor y la guerra”.

Falso. Moroni y otros comandantes nefitas comprendían que existían reglas de juego que debían ser honradas, aun en la guerra, si habían de recibir las bendiciones del Señor. Se debía llegar a la lucha con renuencia no con vehemencia. (Ver Mosíah 29:40; Alma 48:11, 23.) Los contrarios debían ser tomados prisioneros, en lo posible, más bien que muertos. El matar soldados enemigos si estaban bebidos era visto como una grave injusticia. (Ver Alma 55:19.) Los prisioneros de guerra debían ser alimentados y protegidos y retenidos solamente el tiempo que fuera necesario para asegurar la seguridad de la nación. Tan pronto como una guerra hubiera finalizado, el ejército vencido y todos los prisioneros previamente capturados debían recibir el permiso para regresar a su país, aparentemente sin que se les impusieran condiciones. (Ver Alma 55:27; 57:15; Helamán 1:33.) Los prisioneros que demostraran un interés en entrar en un convenio de paz deberían ser liberados más pronto (ver Alma 62:16-17).

Un notable ejemplo de la benevolencia nefita es el breve conflicto con el jefe lamanita Zerahemna. Una vez que Moroni y Lehi hubieron rodeado a las tropas de Zerahemna y hubieron detenido su terror, Moroni ordenó a sus hombres que detuvieran el derramamiento de sangre. Entonces extendió una oferta de paz a Zerahemna, proponiéndole que él y sus hombres quedaran libres si entregaban sus armas y hacían convenio de nunca ir nuevamente a la guerra contra los nefitas. Zerahemna aceptó la primera condición, pero tercamente rechazó la segunda. Estaba deseoso de entregar sus armas, y también sus tropas, pero se rehusó a hacer un juramento que posteriormente había de quebrar. Pero Moroni estaba igualmente determinado a no dejar ir a los cautivos sin que hicieran tal juramento. Más bien que aprovechar de la desventaja de que ahora el ejército lamanita estaba desarmado, les devolvió sus armas y propuso continuar la contienda hasta su más amargo fin. Durante la lucha renovada Zerahemna perdió su cuero cabelludo. La superioridad militar de los nefitas pronto cobró sus víctimas. Después de mucho derramamiento de sangre, hasta Zerahemna llegó a comprender lo desesperado de la situación y finalmente aceptó las condiciones de Moroni. Después de entregar sus armas y aceptar el convenio de no agresión, los guerreros lamanitas pudieron partir hacia el desierto, sin que se les infligieran mayores castigos o se les exigiera cualquier reparación. (Ver Alma 43:44.)

7.  Los justos nefitas ocasionalmente iniciaron ataques preventivos contra los lamanitas para disminuir las pérdidas de vidas de ambos bandos, cuando sabían que los lamanitas estaban planeando atacarlos.

Falso. En una ocasión cuando la amenaza de la banda de Gadiantón era tan grande que se hizo necesario reunir a toda la nación nefita en un Iugar fortificado para que tuvieran seguridad, existía el apoyo popular para la Idea de realizar un ataque preventivo contra los ladrones. Pero Gidgiddoni, el inspirado líder nefita, replicó:

“No lo permita el Señor; porque si marchásemos contra ellos, el Señor nos entregarla en sus manos; por consiguiente, nos prepararemos en el centro de nuestras tierras y reuniremos a todos nuestros ejércitos; y no saldremos en contra de ellos, sino esperaremos hasta que vengan contra nosotros; por tanto, vive el Señor, que si así lo hacemos, él los entregará en nuestras manos.” (3 Nefi 3:21.)

Solamente en los días de Mormón, cuando todos, con excepción de un puñado de nefitas, se habían vuelto enteramente en contra de los mandamientos del Señor, fue que los nefitas se entregaron a una guerra ofensiva.

8.  Una vez que los nefitas fueron a la ofensiva contra los lamanitas, Mormón nunca más consintió en ser su líder.

Falso. Cuando los nefitas tomaron la ofensiva, alardeando de su propia fortaleza y buscando la venganza sobre los lamanitas, “Mormón (se negó) por completo a ser el comandante” (Mormón 3:11). Los nefitas siguieron adelante con sus medidas agresivas, y “empezaron a ser destruidos” (Mormón 4:4). Pronto comenzaron a ser derrotados y nunca más volvieron a tener poder sobre los lamanitas “sino que empezaron a desaparecer delante de ellos, asi como el rocío delante del sol” (Mormón 4:18). Por necesidad estaban ahora los nefitas embarcados en una guerra defensiva, y Mormón podía, y así lo quiso, reasumir el mando de sus ejércitos, aunque no tenía esperanza debido a la continuada Iniquidad de su pueblo (ver Mormón 5:1-2).

9.  La Iey del Señor en cuanto a la guerra dada a sus profetas tanto de la antigua América como del antiguo Israel, fue que su pueblo no debia ir a la guerra hasta que sus enemigos les hubieran atacado cuatro veces.

Falso. Tanto a nivel individual como nacional, el pueblo del Señor debe ejercitar gran paciencia y refrenarse ante las provocaciones. Siempre que un enemigo se arrepienta y pida perdón después de cada ofensa, deben perdonarle setenta veces siete. Aun cuando no se arrepienta, se espera que le perdonen con liberalidad las primeras tres veces que actúe en contra de ellos. La Iey del Señor a los antiguos fue que su pueblo no debería “salir a la batalla” contra cualquier nación si no fuera por mandamiento divino, mandamiento que normalmente vendría solamente después de haber soportado pacientemente tres ataques, cuando fuera inminente un cuarto ataque (ver DyC 98:33-45).

Resulta claro que esta “Iey de la tercera ofensa” estaba destinada a evitar solamente las guerras ofensivas o de venganza (ver DyC 98:37), no una defensa normal. Si se hubiera requerido que el pueblo del Señor se sometiera pasivamente a un ataque armado en tres distintas ocasiones antes de que pudieran levantar un brazo en su propia defensa, entonces poca oportunidad hubiera habida para una tercera ofensa, ya que el agresor fácilmente podría haber completado su obra de destrucción en la primera batalla. En una ocasión, reconociendo esto, los ejércitos nefitas se prepararon para tender una emboscada al ejército lamanita que se aproximaba, aun cuando todavía no se habia derramado sangre de ninguno de los dos bandos (ver Alma 43:1-35).

10.  Los líderes militares nefitas invariablemente se rehusaron a matar lamanitas que estuvieran bebidos o dormidos.

Falso. Aunque parecería que los lideres nefitas justos, tales como Moroni, generalmente se rehusaban a matar a soldados lamanitas comunes cuando estaban bebidos (ver Alma 55:19), no siempre tenían la misma duda para ejecutar a agresivos líderes lamanitas, a los que consideraban como responsables por la guerra, aunque esos líderes estuvieran dormidos. No hallamos palabras de condenación para Teáncum, quien dos veces asesinó a comandantes lamanitas que estaban dormidos, perdiendo su propia vida durante esa segunda acción. En su Iugar, Helamán encomia a Teáncum como “un hombre que había luchado valerosamente por su patria, sí, un verdadero amigo de la libertad” (Alma 51:34; ver también 62:36-37).

11.  Moroni consideraba que las tácticas de engaño, tales como el espionaje y los subterfugios, podían descalificar a los nefitas para recibir la divina protección que necesitarían en la batalla.

Falso. Siendo que los nefitas no tenían aspiraciones ofensivas, “no consideraban pecado” el defender sus tierras, libertad e iglesia por medio de la estratagema. Con regularidad enviaban espías, empleaban señuelos y armaban trampas, según las circunstancias lo permitieran. (Ver Alma 43:23-34; 52:21); 56:30; 62:20.)

12.  Ocasionalmente los nefitas ejecutaban a algunos de sus prisioneros de guerra, pero generalmente dejaban en libertad a la mayoría de ellos.

Verdadero. Los nefitas solían libertar a los soldados enemigos, de toda categoría, luego de una guerra, permitiéndoles que “abandonaran el país en paz” (Helamán 1:33; ver también Alma 44:20: 62:15-17). Capturados los ladrones de Gadiantón, fueron encarcelados temporariamente en un intento de reformarlos. Aquellos que estuvieran dispuestos a arrepentirse y hacer convenio de no matar más, eran liberados. Pero Zemnaríah, su caudillo, fue tomado “y lo colgaron de un árbol”, aparentemente sin haber hecho esfuerzos para rehabilitarlo (3 Nefi 4:28), Evidentemente los nefitas distinguían entre aquellos que al pelear eran simples seguidores de órdenes, de aquellos que producían las órdenes. Así como los asesinos a nivel individual eran merecedores de la muerte, también aquellos que fomentaban los conflictos armados a nivel internacional.

13.  Durante los años en que vivían en justicia, los nefitas consideraban que el matar a sus agresores lamanitas era un deber desagradable pero necesario.

Verdadero. Helamán nos dice: “Y les pesaba tener que tomar las armas en contra de los lamanitas, porque no se deleitaban en la efusión de sangre; si, y no sólo eso, sino que los afligía ser ellos el medio por el cual tantos de sus hermanos serían enviados de este mundo a un mundo eterno, sin estar preparados para presentarse ante su Dios. Sin embargo, no podían permitirse entregar sus vidas para que sus esposas e hijos fueran destrozados.” (Alma 48:23-24)

14.  Los ejércitos nefitas estaban compuestos exclusivamente de voluntarios.

Falso. En ocasiones los cuerpos de voluntarios no eran suficientes, como cuando Moroni marchó por el país con su bandera desplegada invitando a todos aquellos que tuvieran el deseo de luchar en defensa de sus familias, libertad y religión, para que unieran a la causa (ver Alma 46:11-21). Pero Moroni reconoció que bajo otras circunstancias podía ser necesario utilizar medidas más firmes. Por ejemplo, cuando un gran número de realistas se rehusaron a ayudar voluntariamente en los esfuerzos para detener a los lamanitas, Moroni no solamente les impidió dar ayuda y aliento al enemigo sino que en realidad los obligó a “izar el estandarte sobre sus torres, y en sus ciudades, y a tomar las armas en defensa de su país” (Alma 51:20). El lograr voluntarios era aparentemente el ideal, pero los líderes nefitas eran lo suficientemente pragmáticos como para comprender que la reducción temporaria de libertad de unos pocos conscriptos era preferible a la derrota y subyugación de una nación entera.

15. El castigo de Moroni para los objetores de conciencia era la muerte.

Falso. Algunos que se rehusaron a luchar en la causa nefita fueron ejecutados; no eran pacifistas sino que eran “disidentes” que estaban activa mente sosteniendo al enemigo (ver Alma 51:15-19; 62:9-10). Sin embargo, los legítimos objetores de conciencia, los que realmente lo consideraban contrario a sus principios, eran no sólo tolerados sino que también se les animaba a que se mantuvieran firmes en sus compromisos (ver Alma 53:11-15).

16. El pueblo nefita tenía un papel preponderante en la elección de los líderes militares.

Verdadero. Moroni, por ejemplo, fue “nombrado por los jueces superiores y la voz del pueblo” (Alma 46:34), así como el “pueblo de Nefi” posteriormente Ilamó a Mormón (ver Mormón 2:1). Parece probable que el papel del pueblo haya sido sostener más bien que nominar, tal como es el caso en los Ilamamientos eclesiásticos en la Iglesia hoy en día.

17.  Aun cuando confiaban en que el Señor les libraría, los nefitas dedicaban un tiempo y recursos considerables a la producción de armas y sistemas de defensa.

Verdadero. Los nefitas reconocían que la fe sin obras era no solamente muerta, sino que también resultaba potencialmente mortal. “¿Suponéis que el Señor aún nos librará mientras nosotros nos sentamos sobre nuestros tronos sin hacer uso de los medios que el Señor ha dispuesto para nosotros?” preguntó Moroni (Alma 60:21). Desde el tiempo en que Nefi usó la espada de Labán como modelo para hacer más espadas, los nefitas hicieron énfasis en la necesidad de la producción de armas y en una buena estrategia militar, si es que esperaban ganar ante un adversario numéricamente superior. La mezcla de preparación militar con la confianza en la ayuda divina está bien ilustrada en Jarom 1:7-9 cuando se dan las dos como razones de la victoria nefita.

18.  Aun cuando el Señor bendecía a los nefitas justos en la batalla, tal ayuda era más espiritual que temporal y por regla general era tan gradual que resultaba casi imperceptible a menos que se mirara hacia atrás.

Falso. Toda vez que los nefitas eran justos y estaban bien preparados, infligían más pérdidas militares que las que recibían (ver Mosíah 9:18-19; Alma 2:19; 49:23-24; 57:25). Y en algunas ocasiones la ayuda del Señor pudo ser bien evidente y dramática. En el encuentro entre los nefitas y las fuerzas de Zerahemna, “en la misma hora en que oraron al Señor por su libertad, los lamanitas empezaron a huir delante de ellos” (Alma 43:50). Más de una vez el Señor reveló en detalle la ubicación, ruta y Iugar de destino del ejército lamanita, junto a las instrucciones específicas de cómo contrarrestar sus designios (ver Alma 16:5-6; 43:24). Los nefitas plenamente confiaban en que si eran dignos ante Dios, “Él los prosperaría en la tierra; sí, los amonestaria a huir o a prepararse para la guerra, según el peligro en que se vieran; y también que Dios les manifestaria a dónde deberían ir para defenderse de sus enemigos” (Alma 48:15-16).

Brevemente se nos dice que “aquellos que fueron fieles en guardar los mandamientos del Señor fueron librados en toda ocasión, mientras que millares de sus hermanos inicuos han sido consignados a la esclavitud, o a perecer por la espada, o a degenerar en la incredulidad y mezclarse con los lamanitas” (Alma 50:22). No hay duda que hubo ocasiones en que la mano del Señor fue menos visible, pero seria una seria exageración decir que su ayuda estaba confinada al ámbito espiritual o que era “tan gradual como para resultar casi imperceptible”.

19.  En ocasiones el Señor dio a los nefitas detalladas revelaciones en cuanto a la ubicación, planes y tácticas del ejército lamanita.

Verdadero. Ver Alma 16:5-6 y Alma 43:24.

20.  El Libro de Mormón enseña que cuando la mayoría en una nación escoge lo malo, esa nación puede esperar que los juicios de Dios sobrevengan con gran destrucción.

Verdadero. Ver Mosíah 29:26-27.

21.  El Libro de Mormón enseña que una dedicada y justa minoría puede Impedir la destrucción de una nación aun cuando la mayoría esté en el pecado.

Verdadero. Amulek dijo al pueblo de Ammoníah que “si no fuera por las oraciones de los justos, que actualmente hay sobre la tierra, ahora mismo seríais visitados con una destrucción completa” (Alma 10:22). Desechando el consejo de Amulek los del pueblo de Ammoniah arrojaron fuera a los justos y pronto fueron aniquilados por los lamanitas. Tanto Helamán como Samuel declararon que los nefitas de su época habian sido librados por causa de una justa minoría (ver Alma 62:140; Helamán 13:13). No hasta que llegó el tiempo en que “todo corazón se endureció” (Mormón 14:11) fue que el Señor permitió la destrucción de toda la nación nefita.

22.  Entre los nefitas las calificaciones para la posición de capitán en jefe, parecen haber Incluido su juventud, la fortaleza fisica y el espíritu de revelación.

Verdadero. Siendo que los capitanes en jefe nefitas típicamente conducían a sus tropas en Iugar de mandarlas a la batalla, era importante que estuvieran en condiciones de sostener un combate mano a mano. Moroni fue escogido a la edad de veinticinco años y estaba Iisto para retirarse catorce años más tarde. El hijo de Moroni y su sucesor, Moroniah no debe haber sido más que un joven en el tiempo en que fue nombrado, aunque el registro guarda silencio respecto a su edad exacta. Quizás el más espectacular de todos es Mormón, quien fue nombrado a la edad de quince años para conducir a todo el ejército nefita. El registra, “a pesar de mi juventud, yo era de grande estatura; por tanto, el pueblo de Nefi me nombró para que fuese su caudillo” (Mormón 2:1). Además se nos dice que “era costumbre entre todos los nefitas escoger como capitanes en jefe,(salvo en sus épocas de perversidad) a alguno que tuviese el espíritu de revelación y también de profecía” (3 Nefi 3:19). Puede ser que incluso en tiempos de maldad general los nefitas apreciaran las implicaciones militares de las calificaciones espirituales de Mormón además de sus proezas físicas.

23.  Los nefitas Ilegaron a darse cuenta que la subversión interna era un peligro mayor que una invasión extranjera.

Verdadero. Cuando estaban unidos y eran dignos, los nefitas tenían poco problema en lidiar con sus adversarios extranjeros, pero cuando las disensiones, la deslealtad y la iniquidad se extendía por sus propias filas, se veían en gran peligro y algunas veces sufrían grandes pérdidas (ver Alma 53:9; Helamán 1:15-20; 4:11-13). Se nos dice que “han sido sus riñas y sus contenciones, sí, sus asesinatos y sus robos, su idolatría, sus fornicaciones y sus abominaciones que había entre ellos, lo que les trajo sus guerras y sus destrucciones” (Alma 50:21). Moroni también enseñó que no fue la agresión lamanita sino las combinaciones secretas entre los nefitas la razón poderosa que ocasionó la caida de su pueblo (ver Éter 8:21).

24.  El Libro de Mormón demuestra que la promesa del Señor de proteger a los justos es un principio general que no necesariamente se aplica en casos específicos.

Verdadero. Aunque en sus épocas de justicia los nefitas como nación tenían mejor desempeño que los lamanitas en las batallas, casi siempre sufrían por lo menos algunas bajas. Moroni con énfasis negó que aquellos que hubieran muerto en defensa de sus tierras y libertad fueran menos dignos que sus compañeros. El escribió: “el Señor permite que los justos sean muertos para que su justicia y juicios puedan sobrevenir a los malos” (Alma 60:13).

25.  En una memorable batalla, Helamán lideró un grupo de 2.000 jóvenes lamanitas conversos, todos los cuales fueron o muertos o heridos en la lucha.

Verdadero. “Ni uno solo de ellos habia perecido; si, y no hubo entre ellos uno solo que no hubiese recibido muchas heridas.” (Alma 57:25.) Aunque esta puede ser considerada una pregunta con trampa, destaca que los jóvenes guerreros lamanitas estaban Iejos de quedar ilesos.

26.  Los profetas del Libro de Mormón a menudo aceptaban la guerra con gusto como un medio de hacer que las almas descarriadas se arrepintieran y producir firmeza de carácter entre los justos.

Falso. Los profetas del Libro de Mormón aborrecían la guerra, aunque reconocían la necesidad de defender la propia familia, la libertad y la religión cuando eran atacadas. No obstante, el registro deja claro que la guerra sí tenia el efecto de ablandar los corazones de algunos y hacerlos más receptivos al Señor. Por otro Iado, había otros que eran endurecidos por las experiencias del conflicto y se volvían aún menos dóciles que antes a la guía del Señor. (Ver Alma 62:41)

27.  Antes de la venida de Cristo, nunca los nefitas fueron más felices que cuando estaban esperando un inminente ataque de los numéricamente superiores lamanitas, según se detalla en los últimos capítulos de Alma.

Verdadero. Por extraño que parezca, “jamás hubo época más dichosa entre el pueb1o de Nefi” que durante el breve periodo de calma en su conflicto de dieciséis años con los lamanitas, aun cuando Amalickíah recientemente había jurado beber la sangre de Moroni, y sus tropas continuaban sus preparativos para otro ataque contra el pueblo de Nefi (Alma 50:23). Resulta claro que los profetas nefitas veían a la felicidad como una función de la rectitud interior más bien que como resultado de las condiciones externas.

28.  El Libro de Mormón enseña que la paz y la guerra no pueden coexistir simultáneamente.

FaIso. Durante el mismo sublime período mencionado anteriormente, el registro declara que “hubo paz continua entre ellos”, no obstante la amenaza de los lamanitas y los preparativos que continuaban de ambos bandos (Alma 49:30). La paz interior en tiempos de guerra a veces incluye la inspirada seguridad de que el Señor protegerá a los justos en una crisis particular. Helamán registró: “Sí, y sucedió que el Señor nuestro Dios nos consoló con la seguridad de que nos libraría; sí, de tal modo que habló paz a nuestras almas, y nos concedió una gran fe, e hizo que en él pusiéramos la esperanza de nuestra liberación” (Alma 58:11).

29. El Libro de Mormón equipara al Espiritu de Dios con el espíritu de libertad.

Verdadero. Pahorán utiliza esas mismas palabras en Alma 61:15.

30.  El continente americano aún tiene la promesa de libertad y divina protección siempre que sus habitantes guarden los mandamientos de Dios.

Verdadero. Moroni lo dice mejor: “He aquí, ésta es una tierra escogida, y la nación que la posea se verá libre de la esclavitud, y del cautiverio, y de todas las otras naciones debajo del cielo, si tan solo sirve al Dios de la tierra, que es Jesucristo” (Éter 2:12). De hecho, la verdadera razón para que saliera a Iuz el Libro de Mormón, según dice Moroni para sus lectores gentiles de los últimos días, fue “para que conozcáis los decretos de Dios, para que podáis arrepentiros y no continuar en vuestras iniquidades hasta llegar al colmo, para que no hagáis venir sobre vosotros la plenitud de la ira de Dios, como lo han hecho hasta aquí los habitantes de la tierra” (Éter 2:11).

Resumen

Con una inspirada visión en cuanto a las condiciones que enfrentarían sus lectores de los últimos días, los escritores del Libro de Mormón obviamente esperaban que sus propias experiencias, incluyendo sus experiencias con la guerra, pudieran ser de ayuda. Volviendo a las cuatro preguntas planteadas al comienzo de este trabajo, relativas a cuándo se justifica la guerra, qué reglas gobiernan su justa conducción, qué puede ayudar a que los justos ganen la guerra, y qué consecuencias pueden esperar de la guerra, hallamos que el Libro de Mormón ofrece claras respuestas para cada una de ellas. Aunque los justos nunca iniciarán una guerra, excepto que sea bajo el mandamiento de Dios, no solamente se les permite, sino que se espera, que luchen en defensa de sus vidas, libertad, familias, religión y aun su propiedad, si un agresor no puede ser de otra manera detenido. Sin embargo, se espera que ellos luchen con renuencia, nunca gozando del derramamiento de sangre. Si es posible, deben tomar prisioneros más bien que quitar la vida. Los prisioneros deben ser tratados civilizadamente y dejados en libertad cuando sea prudente.

Aunque el pueblo del Señor debe lamentar la necesidad de luchar, una vez que la necesidad se hace evidente se espera que se esfuercen con la suficiente energía como para ganar. Los nefitas reconocieron la necesidad de producir tanto armas como armaduras, fortificar sus ciudades, mantener tropas, proporcionarles las provisiones adecuadas, y utilizar la mejor estrategia militar que pudieran idear además de vivir dignamente para poder recibir la ayuda divina en sus emprendimientos militares.

Los nefitas reconocieron que en tanto una nación justa siempre estará protegida de la aniquilación, los individuos justos ciertamente pueden perecer en la batalla. Sin embargo, obtenían consuelo del hecho de que los tales habían “muerto en la causa de su patria y de su Dios; sí, y son felices” (Alma 56:11). Ellos sabían que aún en tiempos de agitación y conflicto era posible disfrutar de la paz interior y la felicidad por medio de una vida justa.

Los profetas nefitas sabían que en los últimos días habrían guerras y rumores de guerras en una escala sin precedentes. Sabían que la única esperanza para los habitantes de esta tierra en los últimos días de escapar a la misma suerte de los jareditas y nefitas sería guardar los mandamientos del Señor, cuyas promesas a los antiguos nunca fueron revocadas: “Según guardáis mis mandamientos, prosperaréis en la tierra; pero al grado que no guardáis mis mandamientos seréis desechados de mi presencia.” (2 Nefi 1:20.) En tanto que el registro nefita claramente enseña la necesidad de los preparativos defensivos, enseña con Igual claridad que el tamaño de una fuerza militar y el número y sofisticación de sus armas nunca es una garantía de victoria para quien lo posea ni suficiente causa para que sus oponentes pierdan la esperanza. A la Iuz de las actuales condiciones en el mundo y la imagen profética de futuro, es obvio que el mensaje del Libro de Mormón, incluyendo sus lecciones relativas a la guerra, nunca han sido más urgentemente necesarias que en la actualidad.