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Puntos para meditar en Hebreos 1-6
Para cada uno de los siguientes pasajes de Hebreos 1-6, indica brevemente cuál crees que es la interpretación correcta del pasaje y/o da una o más aplicaciones prácticas del pasaje. En otras palabras: (1) ¿Qué está diciendo realmente el pasaje, en lenguaje simple? Y (2), ¿qué bien obtenemos del pasaje una vez que lo entendemos? ¿Aumenta nuestra fe? ¿Nos motiva a vivir mejor? ¿Aclara un punto doctrinal importante? ¿Ayuda a enseñar el evangelio a otros?
1. 1:1‑3
2. 1:14
3. 2:1-3
4. 2:7
5. 2:9
6. 2:10
7. 2:11
8. 2:17‑18
9. 3:7‑19
10. 4:1‑11
12. 4:12
13. 4:15
14. 5:4
15. 5:8‑9
16. 5:12‑6:1
17. 6:4‑6
Posibles respuestas para los Puntos para Meditar en Hebreos 1-6
1. 1:1‑3
Cristo se parece igual a Su Padre, lo que implica que el Padre, como el Hijo, tiene un cuerpo de carne y huesos. Pero es un ser separado, como lo indica el hecho de que pudo sentarse a la diestra de su Padre. Bajo la dirección de su Padre, Jesús creó este y muchos otros mundos. Algunos han argumentado que este pasaje sugiere que dado que Jesús es el cumplimiento del mensaje central de todos los profetas antiguos, no habría profetas similares después de Cristo. Pero no hay nada en este pasaje que nos lleve a esa conclusión. Los Santos de los Últimos Días testifican que así como los profetas precristianos predijeron Su venida, los profetas de los últimos días testifican que Él vino, que Él vive y que Él dirige Su iglesia hoy por medio de Sus líderes designados.
2. 1:14
Los ángeles ministran ahora para aquellos que serán herederos de la salvación. Ya sea que los veamos o no, podemos estar seguros de su ayuda. Y cuando atravesemos el velo, tendremos la misma oportunidad de ministrar, como ángeles, a nuestros seres queridos justos y a otros en la tierra.
3. 2:1-3
En resumen, no podemos ser casuales acerca de nuestra membresía y devoción en la Iglesia. Debemos ser serios y trabajar arduamente para cumplir con todo lo que se nos ha pedido y lo que hemos prometido hacer.
4. 2:7
Pablo cita aquí Salmos 8:5 pero agrega una palabra para hacer que el pasaje sea aún más compatible con la doctrina de los Santos de los Últimos Días. El pasaje de Salmos 8:5, que habla de la relación de Dios con el hombre, se traduce como “Le has hecho un poco menor que los ángeles”. Pero la palabra hebrea traducida como “ángeles” es en realidad “elohiym”, que significa Dios o los dioses. Cuando Pablo lo cita en Hebreos 2:7, la palabra griega que usa para “poco” es “tis”, que significa por un rato, o por un poco de tiempo, y así se traduce en muchas traducciones. En otras palabras, Pablo entendió que el autor de los Salmos estaba enseñando que, por ahora, Dios ha hecho a hombres y mujeres de un estatus inferior al suyo, lo que implica que llegará el día en que potencialmente podamos heredar las mismas oportunidades eternas y la misma felicidad que Dios mismo disfruta.
5. 2:9
Pablo nos dice aquí que Jesús gustó la muerte por todos. Eso es particularmente interesante en vista de D. y C. 42:46, que promete que los justos no “gustarán la muerte, porque les será dulce”. Por supuesto, tanto los justos como los malvados morirán. Y bien podrían experimentar algo de dolor antes de su fallecimiento. Pero la muerte misma será una experiencia gozosa para ellos, ya que Jesús sufrió por cada uno de nosotros lo que de otro modo hubiera sido una experiencia insoportablemente desagradable, ya que nos hubiéramos visto obligados a enfrentar a nuestro Hacedor con la culpa de nuestros pecados sobre nosotros.
6. 2:10
Cristo fue perfeccionado a través de las aflicciones. Aunque Él sufrió por nuestros pecados para que no tuviéramos que sufrir por ellos, Dios aún puede dejar que cada uno de nosotros experimente una cierta cantidad de sufrimiento, tanto físico y emocional, como parte de nuestro propio proceso de perfección.
7. 2:11
La Nueva Traducción Viviente da una traducción aun más clara y emocionante de este pasaje: “Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos”. Así que, no somos solamente una creación de Dios, pero somos Sus hijos, tal como lo es Jesucristo.
8. 2:17‑18
Otras traduciones apoyan la idea que este pasaje no se refiere solamente a las tentaciones sino a otros desafíos. La Nueva Traducción Viviente, por ejemplo, dice: “Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas.” Es maravilloso saber que cuando nos llega cualquier prueba, tentación o desafío, Jesús ya ha experimentado lo mismo y está en condiciones de comprendernos y ayudarnos.
9. 3:7‑19
Hebreos 3 aquí cita Salmos 95:7-11, acerca de cómo el Señor se esforzó por llevar a los antiguos israelitas a Su presencia espiritual mientras estaban en el desierto, una condición que Dios llama su “reposo”. Debía haber incluido el privilegio de contemplar el rostro de Dios mismo. Pero como lo aclaran Salmos 95, Éxodo 34 y D. y C. 84, el antiguo Israel se rebeló contra el Señor y no reunía los requisitos para recibir esa bendición. DyC 84:24 dice: “Mas endurecieron sus corazones y no pudieron aguantar su presencia; por tanto, el Señor en su ira, porque su ira se había encendido en contra de ellos, juró que mientras estuviesen en el desierto no entrarían en su reposo, el cual es la plenitud de su gloria.” Mormón nos enseña que esta es una condición disponible para los seguidores dignos de Cristo aquí y ahora. Él dice, en Moroni 7:3: “Por tanto, quisiera hablaros a vosotros que sois de la iglesia, que sois los pacíficos discípulos de Cristo, y que habéis logrado la esperanza necesaria mediante la cual podéis entrar en el reposo del Señor, desde ahora en adelante, hasta que tengáis reposo con él en el cielo.”
10. 4:1‑11
Al igual que Mormón, Pablo insta a sus lectores a esforzarse por entrar en el “dreposo” de Dios en esta vida. Él nos asegura que “entramos en el reposo los que hemos creído”. (v. 3.) Este pasaje también es digno de mención debido al versículo 2, que confirma que el “evangelio” no era algo nuevo con Jesucristo, como creen muchos cristianos, sino que también fue predicado en el antiguo Israel. Este podría ser un buen pasaje para citar a cualquier nuevo lector del Libro de Mormón que cuestione las muchas referencias a Jesucristo, el bautismo y otros elementos cristianos entre los nefitas.
12. 4:12
Este versículo a menudo se cita o se parafrasea en las primeras secciones de Doctrina y Convenios. Puede ser útil pensar en “palabra” en este caso como equivalente a “Espíritu”. El Espíritu de Dios es viva, eficaz, más cortante que una espada de dos filos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13. 4:15
Esto tiene mucho del mismo mensaje que Hebreos 2: 17-18: Jesús fue probado y tentado como nosotros, para que pueda entender y sentir nuestro dolor. Sin embargo, aunque pasó por las mismas tentaciones que nosotros enfrentamos, demostró que es posible hacerlo sin ceder al pecado.
14. 5:4
En gran parte del mundo protestante, se cree que uno no necesita pasar por un sacerdote ordenado, sino que todos los creyentes tienen el mismo acceso a Dios y la misma obligación y autoridad para servirle. Sin embargo, este pasaje de Hebreos nos enseña que “nadie toma para sí esta honra [o sacerdocio]”, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón. Éxodo 28:1, sin embargo, nos recuerda que Aarón fue llamado por el profeta viviente en ese momento, Moisés, y Éxodo 29 explica en detalle cómo Moisés debía consagrar a Aarón y a sus hijos en una ceremonia específica, que sin duda incluía la colocación de manos. Este puede ser un pasaje útil que los misioneros pueden usar para ayudar a aquellos a quienes enseñan a comprender la necesidad de la autoridad del sacerdocio.
15. 5:8‑9
Algunos podrían preguntarse si el hecho de que Jesús “aprendió la obediencia por lo que padeció” y fue “perfeccionado” significa que Jesús cometió algunos errores y en un momento de su vida fue menos que perfecto. Nuestra respuesta es que Él siempre fue moralmente perfecto, nunca transgrediendo conscientemente ningún mandamiento de Su Padre. Pero como bebé, muy probablemente lloró en momentos inconvenientes, desde el punto de vista de María y José. Si hubiera jugado béisbol, probablemente se habría ponchado con una frecuencia normal. Si hubiera disparado un arco y una flecha, habría fallado el objetivo en el proceso de aprender a disparar con mayor precisión. No nació sabiendo las tablas de multiplicar. Por lo tanto, inicialmente era imperfecto en su conocimiento y en sus habilidades terrenales. Sus errores humanos sin duda causaron “padecimientos” a veces, a Él mismo y quizás a otros. Pero Él aprendió de Sus errores y creció a una perfección que le permitió expiar los pecados de todos nosotros y regresar a Su estado de gloria que tenía en los cielos antes de Su nacimiento.
16. 5:12‑6:1
¿Debemos dejar los “comienzos” o “principios” de la doctrina de Cristo, o no? Depende de cómo se entienda la palabra. Pablo la usa aquí para referirse a las enseñanzas más elementales, esperando que aquellos que son llamados a ser maestros de la palabra se hayan graduado figurativamente de la Primaria y estén listos para una comprensión más profunda del evangelio. El pasaje es aun más confuso en inglés, donde se habla de “principles” o “principios”, que normalmente quiere decir “doctrinas básicas,” como la fe, el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo, que nunca querríamos dejar atrás. José Smith, al darse cuenta de eso, cambió el pasaje para que dijera: “Por tanto, no dejando el comienzo de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección”. Esa será una fraseología mucho más cómoda para la mayoría de nosotros. Pero el pasaje es perfectamente bueno tal como está, si uno entiende lo que Pablo está tratando de decir.
17. 6:4‑6
Afortunadamente, este pasaje no hace ninguna referencia al 99,9999% de esos miembros que simplemente se vuelven menos activos y dejan de vivir el evangelio. En cambio, se refiere a esa categoría muy limitada de apóstatas llamados en D. y C. 76 “hijos de perdición”, que abandonan la fe y luchan contra ella después de haber sabido con un conocimiento perfecto, por medio del Espíritu Santo, que es verdadera. En resumen, cualquiera que tenga que preguntarse si se ha convertido en un “hijo de perdición”, no lo ha hecho.